Comienza otra semana de definiciones para la economía y el campo. Es que las lluvias de los últimos días trajeron algo de alivio a la zona núcleo y eso mejoró las condiciones de la soja y el maíz. Según el último relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario, más del 60% del área sembrada con la oleaginosa está en estado regular a malo, pero hace una semana ese índice mostraba más del 80%.
Esta mejora -en una etapa crítica de la campaña- puede modificar significativamente el ingreso de divisas y el resultado de la cosecha. Mientras tanto, el Gobierno prepara una batería de medidas de asistencia directa a los productores afectados y los anuncios llegarán al filo de esta semana.
Con respecto a la sequía, la buena noticia es que enero está terminando mucho mejor de lo que fue diciembre y en la zona núcleo, tras las lluvias del fin de semana anterior, los lotes sembrados de soja que estaban regular a mala pasaron del 85 al 65%.
Luego de ese sondeo, otra ronda de lluvias llegó el pasado fin de semana, por lo que se abrió una nueva ventana de esperanza que al menos significaría un freno en los recortes de producción y por supuesto un alivio más que importante para la economía que depende de los dólares frescos del campo.
Las proyecciones más conservadoras, hasta el momento, detallan que el ingreso de divisas del sector agroexportador, tomando en cuenta los principales cultivos, rondaría los US$36.300 millones, lo que marcaría un retroceso de 13% frente al registro de 2022. que culminó con US$40.400 millones.
Lo cierto es que, a pesar de la fuerte sequía, los valores sostenidos de los granos siguen siendo un refugio de esperanza, teniendo en cuenta que en medio de la pandemia, a lo largo de 2020, el sector liquidó poco más de US$20.000 millones. .
Desagregando por producto, las exportaciones del complejo sojero para 2023 se proyectan en US$22.118 millones, US$2.284 millones menos que lo obtenido el año anterior y es aquí donde es clave que las lluvias continúen en los próximos días. La buena noticia es que febrero traería más lluvias y más alivio para la economía.
De todos modos, más allá del ingreso de divisas que pueda aportar el campo este año, otra de las claves del año estará en los mecanismos de asistencia que ponga en marcha el Gobierno, dirigidos específicamente a aquellos productores que a esta altura ya perdieron prácticamente toda su cosecha. Parte de esta batería de medidas no sólo definirá la relación campo-Gobierno de cara al futuro, sino también el tejido productivo que depende del sector.
En el campo lo explican claramente: si el productor termina su cosecha con números negativos, difícilmente podrá encarar la próxima campaña con espalda financiera. Además, invertirá mucho menos en tecnología, compra de maquinaria, vehículos, etc. Por eso, el Gobierno lleva semanas trabajando para lanzar medidas concretas de ayuda para aquellos agricultores y ganaderos que lo necesiten.
Los anuncios llegarían en el filo de esta semana, con eje en desgravaciones impositivas y créditos blandos, donde la AFIP y el Banco Nación tendrán un lugar más que destacado.
fuente: https://argentina.detailzero.com/